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Mayo 2022: el fin del mundo, la canción de Chanel y otras cosas

Noam Chomsky sobre el fin de la humanidad

1.Noam Chomsky, persona fiable y muy bien informada sobre la política americana, comenta en una entrevista concedida a Página 12 que la guerra de Ucrania es la forma en que Occidente «juega con la vida de los ucranianos y el hambre en todo el mundo» para tratar de acorralar a la Rusia de Putin.

Guerra que está causando sufrimientos humanos inimaginables y consecuencias económicas globales, pero que es además una noticia terrible para la lucha contra el calentamiento global. De hecho, como resultado de la creciente subida de precios de la energía y las preocupaciones por la seguridad energética, los esfuerzos de descarbonización han pasado a un segundo plano.

Dice Chomsky que en su país “en periódicos supuestamente serios se analiza cómo Estados Unidos podría ganar una guerra nuclear con Rusia, análisis que linda con una locura criminal. Y, por desgracia, las políticas de Estados Unidos y la OTAN proporcionan muchos posibles escenarios para una rápida terminación de la sociedad humana. Por mencionar sólo uno, Putin hasta ahora se ha abstenido de atacar las líneas de suministro de armas pesadas a Ucrania. No sería gran sorpresa si eso terminara sucediendo, lo cual desencadenaría un conflicto frontal entre Rusia y la OTAN, con un camino fácil hacia una intensificación que bien podría conducir a un rápido adiós.”

La decisión de rechazar la diplomacia, concluye Chomsky, significa que nos involucraremos en un experimento para ver si el perro rabioso irracional [Putin] se escabullirá silenciosamente, en derrota total, o si empleará los medios con los que sin duda cuenta para destruir a Ucrania y poner el escenario para una guerra terminal.”

Para evitar tal desastre es imprescindible negociar de forma urgente una salida a esa guerra, pero Chomsky lo ve difícil por dos razones:

Una, que “tal vez sea inevitable que la inteligencia superior a que se ha llegado en la tierra sea capaz de descubrir los medios para la auto aniquilación, pero no sea capaz de desarrollar la capacidad moral para evitarla.”

La segunda razón es que los líderes mundiales persisten en el curso exterminador porque ninguno de ellos merece el nombre de líder. Si lo merecieran, estarían dedicados a poner fin al conflicto en la única forma posible: mediante la diplomacia y la capacidad política.

2. Estoy de acuerdo con la visión alarmada y pesimista de Chomsky, pero no con la parte final de su argumento.

Hay que matizar a qué inteligencia superior se ha llegado en la tierra, porque la mayoría de la población tiene una mente pobre y además arrasada por ideas inconexas y falsas. Es cierto que algunas comunidades científicas han llegado a disponer de un conocimiento y una tecnología que puede aniquilar la vida humana en la tierra, pero incluso los miembros de esas comunidades suelen ser ignorantes en materias esenciales que no han estudiado. Y además, aunque el conocimiento sobre la realidad física ha llegado a un alto grado de desarrollo, no ocurre lo mismo con el conocimiento científico sobre la mente humana y su construcción social. De ahí que el resultado de los sistemas educativos sea tan deficiente.

En segundo lugar, ¿qué podemos entender por capacidad moral? Supongamos que la caracterizamos como una empatía con los semejantes extensible a futuras generaciones. Evidentemente una parte de la población actual carece de esa disposición moral (y esto es efecto de su mala educación), pero incluso la parte que la tiene poco puede hacer, pues ningún remedio está a su alcance.

Finalmente, no tiene mucho sentido pensar que hay líderes mundiales con capacidad de decisión. En las sociedades capitalistas los líderes son los encargados de realizar las políticas que deciden los “amos del mundo”, y son líderes tanto mejores cuando mejor consigan hacer que las poblaciones acepten esas políticas sin rebeldía.

Ahora bien, ¿cómo es posible que los “amos del mundo” tomen decisiones que ponen en peligro a la humanidad entera, ellos incluidos? Pues porque su poder lo deben a la riqueza acumulada. Por tanto su principio básico es seguir siendo los amos a base de mantener o acrecentar esa riqueza. Ello quiere decir que programan a corto plazo y según su expectativa de beneficio y que, antes que tomar medidas que eliminen o disminuyan su poder, prefieren confiar en que todo al final se acabará arreglando. Y de esta forma, confiando en que al final no ocurrirá nada, se adentran por caminos peligrosos que nos pueden llevar a un punto sin retorno.

El propio Chomsky viene a reconocer, citando una observación de Adam Smith, que “los Amos de la Humanidad –en tiempo de Smith los comerciantes y fabricantes de Inglaterra– son los principales arquitectos de la política del Estado» y que utilizan su poder para asegurar que sus intereses sean atendidos de manera prioritaria, por dolorosos que sean sus efectos sobre otros.

No se trata por tanto de un problema de capacidad moral, en general, ni de líderes que no merecen ese nombre. Se trata del capitalismo, que es el sistema que fabrica a los amos del mundo y les obliga a actuar de cierto modo para seguirlo siendo. Los líderes políticos son un mero instrumento.

Esto lleva a la conclusión de que mientras el capitalismo impere hemos de olvidar toda esperanza. Y lo que es peor, que la batalla al capitalismo sólo puede ser liderada por organizaciones de izquierda que en occidente hoy por hoy no existen. Las que había han desaparecido o, disueltas en el electoralismo, son comparsas asimilables por el sistema.

Yolanda Díaz

Yolanda Díaz ha creado la asociación Sumar, base jurídica y organizativa del proceso de escucha de la sociedad civil, que comenzará después del 19 de junio y tendrá una duración aproximada de seis meses.

El entorno de Díaz deja claro que Sumar no es un partido, plataforma o marca electoral.

En sus estatutos se señala que son fines de la asociación promover el compromiso democrático y la participación de la ciudadanía en la vida pública; fomentar y fortalecer la participación ciudadana y de la sociedad civil para mejorar la calidad democrática y el desarrollo humano; contribuir al desarrollo del pensamiento crítico favoreciendo el estudio, la investigación, la reflexión y el debate sobre los principales problemas sociales, económicos y políticos de nuestro tiempo; procurar el vínculo de los movimientos sociales, ciudadanos y demás entidades de la sociedad civil y contribuir a la consolidación de redes de intercambio de experiencias y saberes en el ámbito de la participación democrática. Entre sus actividades se incluyen coloquios, encuentros, charlas, congresos y reuniones.

Es aceptable que este proceso de escucha quiera alejarse de partidos, siglas y organizaciones políticas, dado que se han convertido en meras maquinarias electorales que pugnan entre sí, pero sería un error eliminar cualquier tipo de organización política a favor de un proyecto personalista (el de Yolanda) con algunas políticas amigas asociadas.

Se habla de sumar, pero ¿para qué? Me temo que a la postre para conseguir votos. Y conseguir votos ¿para qué? He ahí la cuestión.

Es evidente que hace falta una organización de izquierda anticapitalista que no se limite a concurrir a elecciones y administrar resultados, incluso más, una organización para la que la concurrencia a elecciones sea una finalidad secundaria. ¿Va por ahí Yolanda Díaz? Lo de la transversalidad sugiere que no. Me he ido haciendo pesimista y lo de sumar me parece algo así, para un comunista, como atarse de pies y manos ya antes de empezar. Sobre la izquierda que hace falta me remito a lo dicho aquí.

La transfobia imaginaria

En la entrada anterior hice un comentario sobre el libro Nadie nace en el cuerpo equivocado, de los psicólogos José Errasti y Marino Pérez, profesores de la Universidad de Oviedo. Ahora he leído que la presentación de esa obra en Barcelona, en la Casa del Libro de Rambla de Catalunya, ha tenido que suspenderse por la oposición violenta de manifestantes de Crida LGTBI y Sororitrans.

Según los activistas su protesta se debió a que consideran que el citado libro es crítico con la teoría queer, y por tanto “transfóbico” y vulnerador de los derechos fundamentales del colectivo.

Sin embargo la oposición a la teoría queer puede deberse no a odio, sino a buen criterio. La peregrina idea de que cada cual tiene el “sexo sentido” nos llevaría, si fuera objetiva, a soluciones mágicas. A una mujer que tiene reglas dolorosas le bastaría sentir que es un hombre para que no sólo le desapareciera el dolor, sino la regla. Pero esto no ocurre. Por mucho que se sienta hombre, esa mujer es una mujer que se siente hombre. De la misma manera que un hombre que se siente mujer es un hombre que se siente mujer.

Si al mismo tiempo respetamos que un hombre se sienta mujer y trate de vivir como si lo fuera, o que una mujer se sienta hombre y trate de vivir como si lo fuera, si condenamos cualquier maltrato, desprecio o discriminación a estas personas, ¿dónde está el odio? Yo más bien veo odio en la otra parte, odio a quienes no nos plegamos a la teoría queer, tan bien resumida por Irene Montero cuando vino a decir que “una mujer trans es una mujer y ya está.” Ejemplo de argumento sofisticado.

Seguramente esos activistas no saben que la teoría queer es una mera aplicación del inane y conservador pensamiento posmoderno, y que oponerse a ella es un necesario impulso de higiene mental.

Puesto que los partidarios de la teoría queer afirman cosas muy libremente, pero no saben argumentarlas, recurren al insulto, la amenaza y la violencia (ver aquí).

Eurovisión y alfombra roja en Cannes.

Sale una cantante-bailarina con indumentaria que mezcla los estilos de mujer fatal y de domadora de leones, y da gritos mientras mueve su cuerpo en trepidante demostración de que tiene muslos y culo.

“Let’s go. Llegó la mami, la reina, la dura, una Bugatti. El mundo ‘tá loco con este body. Si tengo un problema, no es monetary. Les vuelvo loquito’ a todos los daddie’. Voy siempre primera, nunca secondary. Apena’ hago doom, doom con mi boom, boom y le’ tengo dando zoom, zoom on my yummy.” Etc, etc.

Es una letra de bella poesía, aunque la encuentro algo pudibunda. No se atreve a la contundente simplicidad de la que dice “si quieres ser mi amigo cómeme el higo”, pues aquí la procacidad se disimula en palabras como doom, boom, zoom y yummy. Pese a ello no es de extrañar que por su calidad haya causado asombro y entusiasmo a toda clase de personas y personajes, de norte a sur y de este a oeste.

Me refiero, claro, a la canción española en el Festival de Eurovisión. Por todas partes se habla de apoteosis, del chanelazo, de la España resarcida, de que podemos llevar la cabeza alta. Alguien grita que necesitamos más Chaneles.

Claro que si en vez de quedar los terceros hubiéramos quedado los últimos estaríamos diciendo que no hemos sabido elegir o que en Europa no se nos quiere. Cainitas que somos.

Para Chanel el éxito ha sido efecto del mucho trabajo y para otros de su gran profesionalidad.

Hay análisis de Eurovisión en los que se habla de casi todo, menos de lo fundamental. Del gusto del personal, que determina todo lo que se proyecta y se hace en los espacios de consumo de “arte”.

Debemos suponer que la música y la letra de la citada canción es efecto del mucho trabajo de un equipo que ha tratado de reproducir las pautas de canciones de éxito. Y debe haber acertado porque la gente anda muy contenta. Para responder a algunas críticas la artista ha afirmado en varias entrevistas que ella es una mujer empoderada que canta y baila como quiere. Dado que la palabra “empoderada” vale lo mismo para un roto que para un descosido, deja el asunto resuelto.

2. De nuevo un espectáculo de alfombra roja, éste en Cannes. Por lo visto cuando hay un certamen de cine se considera indispensable que las actrices desfilen por la manida alfombra disfrazadas de diosas horteras y con sonrisas inseguras, como si acabaran de preguntar al espejito mágico con angustia: ¿Soy yo la más hermosa? y todavía no les hubiera llegado la respuesta. He dicho “diosas” porque acabo de leer que Cristina Pedroche parecía una diosa cuando apareció con un outfit arrollador, un pantalón completamente transparente tipo bombacho con puño ajustado en el tobillo y detalles patchwork, diseño de Yvan Andrew que dejaba al descubierto su imponente figura, en especial su culo, del que dijo el chef que es su marido: «Super Melocotón turgente y lozano que no es de esta galaxia».

Hay una diferencia muy llamativa entre la forma de presentación de las mujeres y la de los hombres en los espacios públicos.

Huyendo de las imágenes que aparecen en la pantalla doy con un espectáculo habitual: varias mujeres gritan todas al mismo tiempo en una tertulia de cotilleo con caras de rígida inexpresividad por las muchas operaciones, labios deformados por el lipofilling, rostros marchitos muy pintados y escotes y minifaldas que obligan a un permanente cuidado. Porque hay dos líneas rojas pudorosas: no han de verse pezones ni bragas, pero el acierto consiste en arriesgar todo lo posible. Los hombres de la tertulia gritan también todos al mismo tiempo, pero en posturas descuidadas por la distinta indumentaria y con menos maquillaje. En fin, todo muy normal.

Muchas mujeres demuestran que cabe otro tipo de aparición pública femenina, aunque arrinconado por el maremoto de ordinariez machista. Porque las mujeres que tratan de ofrecer al público un cuerpo que provoque infartos (expresión utilizada en las reseñas habituales) son víctimas de la cultura machista. Chanel parece no saber que las pautas machistas que ha aprendido desde pequeña son su voluntad de mujer empoderada.

Monarquía.

Algunos monárquicos dicen que el llamado “emérito” ya no tiene cuentas con la justicia, y que por tanto puede volver a España cuando quiera. Dicen la verdad sin querer, porque no perciben que lo que están diciendo es que el tal emérito se marchó de España huyendo de la justicia. Lo hizo por si acaso, por si no se conseguía controlar a fiscales y jueces. Y una vez controlados, vuelve.

Otros no tienen inconveniente en mentir diciendo que la justicia no ha encontrado motivos para imputarlo, pues los ha encontrado y muchos, pero puesto que es una justicia amaestrada ha interpretado la prescripción y la inviolabilidad de manera que el delincuente quede libre.

Preguntan al emérito si va a dar explicaciones a los españoles y él pregunta a su vez “¿explicaciones de qué?” y suelta una carcajada.

En realidad cuando se le pide que dé explicaciones se le está pidiendo que haga una comedia. Pues nadie espera que nos explique la forma en que ha conseguido un gran capital como comisionista de venta de armas o de compra de petroleo, que declare ese capital y los paraísos fiscales en que lo esconde a nombre de testaferros, que pague al fisco enormes cantidades por multas e impuestos y que otra vez se arriesgue a ir a la cárcel.

Aparecen otros y vienen a decirnos que este rey, injustamente tratado, es pobre y por eso tiene que recurrir a regalos de amigos, por ejemplo el regalo de un lujoso vuelo en yet privado. Se supone que si el vuelo es un regalo tendría que declararlo a Hacienda, pero resulta que tiene su domicilio fiscal fuera de España. Y por otra parte acepta ese regalo en lugar de tomar un vuelo regular, es decir, está encantado de hacer una exhibición de connivencia con ricachones y emires que le financian lujos ofensivos.

No faltan los que siguen con el desvergonzado cuento de que el emérito trajo la democracia a España y luego la salvó de un golpe de Estado. La “democracia” vino por la exigencia social y la presión extranjera, que bien le hubiera gustado a Juan Carlos ser el monarca absoluto diseñado por su admirado Franco. Y es bien sabido que él estaba involucrado en el golpe militar o “golpe de timón” hasta que la forma en que se produjo lo obligó a retroceder. Su secretario Sabino Fernández lo ha contado todo.

Esta historia deplorable debería llevarnos a recordar que democracia y monarquía son incompatibles (incluso aunque reyes y reinas sean irreprochables). Es costumbre argüir que Reino Unido, Bélgica, Países Bajos, Noruega, Dinamarca, Suecia son indiscutibles democracias con monarquía, pero nadie con suficiente conocimiento puede creer que alguno de esos países sea una democracia. Ninguno lo es (tampoco Francia o Alemania, menos aún EE. UU.) y por supuesto, si alguno lo fuera no tendría monarquía, que es por definición el mantenimiento de un altísimo privilegio político hereditario, algo incompatible con los principios democráticos. No digamos si encima el rey es un felón, ladrón y caradura y hay una Constitución que dice que es inviolable aunque delinca.

Otra vez las pensiones

1. Vuelta al tema de si las pensiones son o no son sostenibles. Vuelta a vincularlas a las cotizaciones, como si esto fuera derecho divino.

La Comisión Europea nos dice que está preocupada por el alto nivel de deuda pública de España (que ronda el 118% del PIB), el déficit (que sigue por encima del 3%) y los elevados niveles de desempleo, y por ello indica respecto a las pensiones que los riesgos para la sostenibilidad fiscal a largo plazo obligan ya este mismo año a “la introducción de medidas compensatorias”. Con ese lenguaje sibilino está queriendo decir que no es asumible que las pensiones crezcan según el IPC, pues la indexación a la inflación aumentará irremediablemente el gasto público. Es decir, cree que las pensiones deben depreciarse.

Al mismo tiempo la Comisión certifica que en España los ingresos fiscales son relativamente bajos en relación con el PIB (36,8% frente al 40,1% comunitario) y con una gran contribución de la fiscalidad laboral (es decir, que los ricos no pagan), siendo también relativamente bajos los impuestos al consumo (9,1% sobre el PIB) y los impuestos medioambientales (1,7% sobre el PIB) por debajo del agregado de la UE (10,8% y 2,2%, respectivamente). Por eso la Comisión pide al Gobierno que se acerque a los parámetros europeos.

¿Podríamos felicitarnos si consiguiéramos acercarnos a esos parámetros? En absoluto. Porque un análisis racional del asunto nos lleva a estas ideas elementales:

a) La mayoría de las pensiones que se perciben en España son insuficientes para una vida digna. La pensión más baja debería estar en torno a los 1.500 euros y revalorizarse como mínimo según el IPC.

b) El derecho de todos a una pensión digna debe ser garantizado por el Estado vía presupuestos. Las cotizaciones son en realidad un impuesto disfrazado.

c) Al mismo tiempo debería desaparecer el IVA (salvo para artículos de lujo), ya que es un impuesto criminal que grava en cada compra lo mismo al pobre que al rico, y además con engaño, pues el comprador cree que está pagando el precio de la mercancía.

2. ¿Son contradictorias estas ideas? Sí, pero sólo si se mantiene la actual política fiscal, que consiste en que los ricos y las grandes corporaciones apenas pagan impuestos. Precisamente los impuestos indirectos son el truco inventado para que el Estado extraiga una gran parte de sus ingresos de quienes ya están esquilmados por los impuestos directos sobre el trabajo, y se evite así subir los impuestos a los ricos.

La solución es por tanto muy sencilla, pero no es la recomendada por la Comisión europea: que ricos y grandes corporaciones paguen impuestos (por sus ingresos, por sus patrimonios y por sus operaciones especulativas) en cuantía suficiente para que sea posible eliminar impuestos indirectos y cotizaciones a la seguridad social, disminuir la presión fiscal sobre clases bajas y medias y atender a todas las obligaciones del Estado sin aumentar la deuda pública (incluyendo pensiones dignas, y educación y sanidad públicas eficientes). ¿Es esto hacedero? Pues claro que sí, no hay más que examinar las cifras concernidas. Y entonces ¿por qué no se hace? Porque los ricos no quieren.

Muchos ricos han obtenido su riqueza por herencia, o de manera delictiva, otros al amparo de la ley, pero de una ley injusta que perjudica los intereses de la mayoría. El último informe de Oxfan Intermón muestra que la covid-19 ha provocado un incremento dramático de las desigualdades en el mundo, con 250 millones de personas arrastradas hacia niveles extremos de pobreza mientras la riqueza de los milmillonarios ha crecido en los últimos 24 meses lo mismo que lo hizo en 23 años (aparte de que hay 573 nuevos milmillonarios).

Pero los ricos y las grandes empresas han “encargado” leyes que les permiten no contribuir al gasto social. Y los funcionarios europeos, esbirros del poder económico, vienen con sus recomendaciones indecorosas, y esas recomendaciones se reciben en España como si fueran indiscutibles, puesto que son europeas. ¡Qué concepto tan pueblerino tenemos los españoles de Europa!

He visto parte de un programa televisivo sobre el tema de las pensiones. Los expertos daban vueltas al aumento de la esperanza de vida, la edad de jubilación, la insostenibilidad del sistema, el negro futuro de los jóvenes… ¡y ni una palabra sobre la solución obvia: que los ricos paguen impuestos suficientes!

Así que apagué el televisor para alejarme de los sesudos contertulios.

Otras cosas

1. El FBI lanza una orden de búsqueda y captura contra Cao de Benós por facilitar a Corea del Norte evadir alguna de las sanciones impuestas por los Estados Unidos. O sea, que ayudar a evadir sanciones que Estados Unidos impone arbitrariamente es un delito merecedor de una condena de 20 años de cárcel según acusación de la fiscalía de Nueva York.

2. En Davos dicen que hay que evitar la «fragmentación geoeconómica» porque sólo la cooperación hará posible el crecimiento. Quieren decir que debe mantenerse el tipo de globalización que interesa al capital, justo lo contrario de lo que ‘recetan’ los científicos para combatir el cambio climático, que es decrecimiento, consumo local y soluciones basadas en la naturaleza.

3. En el pueblo de Uvalde, Texas, un adolescente de 18 años disparó primero a su abuela y luego asesinó con un rifle y una pistola a 19 niños de entre ocho y diez años y a dos adultos. ¡Y ésta no es la mayor matanza en un centro educativo de Estados Unidos, es la tercera! Si el Estado se justifica porque, a cambio de ostentar el monopolio de la violencia, queda comprometido a proteger a la población, está claro que Estados Unidos es un Estado fallido. No asume el monopolio de la violencia (deja parte de ella en manos privadas que manejan armas) y no protege ni a los pobres ni a las víctimas de los frecuentes tiroteos.

El denominador común

Todo lo dicho hasta aquí tiene una concausa común que casi nunca se menciona: la clase de población que el capitalismo fabrica, con métodos a los que me refiero aquí.

Sin la generalización de ese tipo de población, caracterizada por la ignorancia, el egoísmo y el miedo, no ocurriría nada de lo comentado. Nadie creería que la OTAN nos defiende de Rusia y de China, nadie creería que vencer en Eurovisión con una exhibición de machismo honra a un país, ni que el delincuente emérito ha traído a España la democracia y luego la ha salvado, nadie creería que un vestido con transparencias convierte en diosa a una mujer, ni que la mujer se empodera cuando usa altísimos tacones y mueve el culo ante las cámaras.

Una población consciente e informada no permitiría dirigentes como los actuales, ni organizaciones como la OTAN, ni políticas como las actuales, no aceptaría falsas democracias que son en realidad plutocracias, daría la espalda a la mayor parte de los programas televisivos actuales, no se informaría en El Mundo, La Verdad, ABC u Okdiario, pero tampoco en El País ni en la SER, no se dejaría influir por espabilados ignorantes, no votaría contra sus propios intereses. Con una población consciente no serían personas públicas ni Ayuso, ni Abascal, ni Trump.

Pero una población consciente e informada, pese a que es posible, es imposible en las sociedades capitalistas. Ése es el problema subyacente del que no se habla, que hace irresolubles todos los problemas de los que se habla.

Si quiere hacer algún comentario, observación o pregunta puede ponerse en contacto conmigo en el siguiente correo:

info@jmchamorro.es