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Para festejar el centenario de la SER han invitado al maestro de maestros Iñaki Gabilondo al programa Hoy por hoy, donde ha impartido doctrina poniendo en trance de admiración a Pepa Bueno y a otros contertulios. En medio de una larga loa a la radio, Gabilondo deslizó su idea de transversalidad, que viene a significar: hay que hablar para todos, para no molestar a nadie. Una forma de mentir, seguramente la más insidiosa, que consiste en callar la verdad cuando sería imperioso afirmarla. A callar verdades ha dedicado Gabilondo su exitosa carrera y lo mismo ese programa de la SER.

En él he oído que lo peor de las noticias falsas que circulan sin control es que la población ha perdido la confianza y ya no cree nada, tampoco cree las verdades, desconfía de todo.

No estoy de acuerdo con ese diagnóstico. Creo que quienes ya no creen en nada no es porque vean mucha mentira alrededor, sino porque no perciben verdad por ninguna parte. Hubo un gran movimiento de esperanza e ilusión cuando surgió Podemos, porque venía diciendo una verdad, la sola verdad de que los políticos son una casta que no nos representa. Esa verdad bastó para que mucha gente volviera a creer. Pero los dirigentes de Podemos, lo mismo que antes los del partido comunista, se fueron convirtiendo en una casta que no representa a las gentes de izquierdas, y entonces desapareció la verdad del espacio público. Si ya nadie cree en nada es porque no hay medio o partido que se atreva a decir con suficiente fuerza las verdades imprescindibles.

EL TEMA DE LOS TEMAS

1. ¡Qué lejos quedan aquellos tiempos en que se escuchaba a filósofos honrados que decían verdades incómodas y peligrosas! En su Contrato Social escribió Rousseau: “Si se busca en qué consiste el bien más preciado de todos, el que ha de ser objeto de toda legislación, se encontrará que todo se reduce a dos cuestiones principales: la libertad y la igualdad, sin la cual la libertad no puede existir. Renunciar a la libertad es renunciar a ser hombre, a los derechos y a los deberes de la humanidad”. Y añadió que “la verdadera igualdad no reside en el hecho de que la riqueza sea absolutamente la misma para todos, sino en que ningún ciudadano sea tan rico como para poder comprar a otro y que no sea tan pobre como para verse forzado a venderse”.

Ahora habría que desarrollar la fórmula de Rousseau diciendo: que ningún ciudadano sea tan rico que pueda comprar a otros o controlar con su dinero la opinión pública o la acción política. Y que ninguno sea tan pobre que no pueda satisfacer con dignidad todas sus necesidades.

Mirando al presente hemos de concluir que entre nosotros no existe esa igualdad, no hay por tanto libertad y, en consecuencia, el orden político de nuestros países no es democracia.

Replicando a los que creían que la igualdad no puede existir en la práctica, Rousseau reconocía que la fuerza de las cosas tiende siempre a destruirla, y que por eso hay que conseguir que la fuerza de la legislación tienda siempre a mantener la igualdad amenazada.

En este punto Rousseau era un ingenuo. Tuvo que venir más tarde Marx para hacernos ver que, puesto que los legisladores están sometidos a los intereses del capital, la fuerza de la legislación no tiende a defender la igualdad, sino a mantener y acrecentar la desigualdad, y por tanto la falta de libertad.

2. Se puede mentir o callar sobre muchos asuntos (unos de mayor trascendencia que otros), pero el tema de la propiedad es el tema de los temas, porque los restantes dependen de él.

La lógica del capitalismo determina cómo son nuestros sistemas políticos, de éstos dependen nuestras leyes y de ellas depende la posibilidad de que alguien como Musk ¡tenga un patrimonio de más de 200.000 millones de dólares que puede haber conseguido legalmente! ¿Quién se lo ha dado? El mercado. ¿Y cómo se puede llamar democrática una sociedad que asigna al mercado la facultad de distribuir la riqueza social entre la población con tales resultados? Como bien se sabe el mercado da más a quienes más tienen y menos a quienes tienen menos, con el agravante de que los ricos, precisamente en virtud del poder que les da su riqueza, impiden cualquier método de corrección de esa injusticia. Es el Poder del capital el que establece la casi nula contribución de los ricos a los gastos del Estado, lo que deriva en falta de recursos para una buena escuela pública, siendo así causa de la mucha ignorancia que se aprecia en nuestras poblaciones. Es el poder del capital el que impide que se acabe con los paraísos y trampas fiscales, el que ha presionado para que sean suyos y no públicos los sectores económicos básicos (la energía, las comunicaciones, las plataformas digitales, la sanidad, la industria farmacológica, la industria armamentística, la vivienda, las actividades financieras, el agua). La riqueza privada sin límites es causa de la mucha pobreza (la riqueza del país es la que es, y si una minoría se lleva la mayor parte hay mucha gente que ha de quedarse a dos velas). Es causa por tanto de la frustración, el resentimiento y la enorme violencia de muchos. Es causa última del desastre ecológico derivado de un exceso de consumo innecesario e irresponsable, espoleado por una publicidad que inunda el espacio social de ideas favorecedoras de la estupidez, el machismo y el narcisismo más rudimentarios. Permite adquirir la propiedad de los medios de comunicación influyentes y las plataformas digitales, de lo que se sigue que esos medios y plataformas están al servicio de los intereses de sus dueños.

LOS MEDIOS PRIVADOS Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

1. En el mitin con que cerró la “Uni de Otoño” de Podemos, Pablo Iglesias denunció la corrupción del periodismo, que es, según él, una de las principales amenazas a la democracia.

O sea, que según Iglesias en España hay democracia (sólo puede ser amenazado lo que existe) y que esa democracia está amenazada por periodistas corruptos como Ferreras, de lo que se sigue que todo iría bien si no existieran periodistas como Ferreras. Pero no: lo desastroso es que no hay democracia (el propio Iglesias lo aprendió en otro tiempo no como marxista, sino como vicepresidente del gobierno), lo desastroso es que los medios más influyentes y las plataformas son de propiedad privada, no que haya periodistas corruptos (esto es una consecuencia).

El ingeniero Arturo Béjar, contratado por Mark Zuckerberg como responsable de Protección y Cuidado al Usuario de la compañía Meta, se marchó de esa compañía al comprobar que los graves problemas que generaba la plataforma no se solucionaban, y acabó testificando contra ella en el Senado de Estados Unidos. Entrevistado por el periodista Gonzo, ha dicho ahora que Zuckerberg empezó como alguien con buenas ideas, ilusiones y una serie de valores que ayudaban a corto plazo pero que han hecho daño a largo plazo. “Ahorita es probablemente la persona más responsable por daño a menores y a la sociedad que existe en el mundo”. Béjar fue contando que uno de cada ocho niños recibió acoso sexual en Instagram cada siete días, uno de cinco niños se sentía peor de sí mismo, de su cuerpo, de su ser, después de ver información en Instagram y uno de cada 10 niños recibía bullying personalmente en Instagram cada siete días mientras Instagram no hacía nada al respecto. “El acoso sexual que está pasando en Facebook es el acoso sexual más grande en la historia de la humanidad”, admitía. Gonzo entrevistó también a un moderador de contenidos de esta plataforma que, al contar cómo era su día a día profesional, confesó: “Hoy eliminé contenido de un vídeo de gente apuñalándose entre sí, contenido de bullying, que es muy común que lo borremos, y tuve que escalar contenido de abuso sexual de menores”. ¿Qué es escalar? “A nosotros lo que nos dicen es que este contenido va a otro departamento en otra parte del mundo y que ellos se encargan de tomar las decisiones pertinentes”, explicaba dejando claro que este proceder genera mucha desconfianza. Aseguraba que es muy sencillo que un pedófilo contacte con una menor, y que siendo tan sorprendente la cantidad de cosas y delitos que la fotografía de una niña puede llegar a generar, aconsejaba a todos los padres que no permitan el acceso a sus hijos a estas redes.

Pero en el programa de televisión en que salían estas entrevistas, sólo aparecía un culpable, Zuckerberg. O sea, que bastaría con que éste se tomara en serio el control de su red para que todo estuviera bien. Algo parecido a la ministra de vivienda que se encomienda a la empatía de los arrendadores para que bajen los precios del alquiler.

2. Lo que se calla en los medios respetables es que habría que legislar, pero no para que el señor Zuckerberg esté obligado a portarse bien, sino para que los medios de comunicación, redes incluidas, sean de propiedad pública y funcionen bajo control social.

Naturalmente, no podemos esperar que apoyen esto los medios influyentes, sino que ataquen duramente a quien lo proponga. Es evidente que los medios privados no van a proclamar que la riqueza de sus dueños carece de legitimidad, por el contrario montarán grandes campañas en su beneficio. Atacarán a quien defienda que hay que sacar del mercado las actividades y organizaciones que proporcionan los bienes sociales fundamentales o que debe establecerse un límite máximo a la riqueza privada (el límite necesario para hacer posible la libertad de todos).

Se habla de censura cuando un gobierno impide que se publique algo, en cambio se habla de libertad de expresión cuando los dueños de los medios privados marcan la línea editorial, impiden una noticia verdadera o promueven una noticia falsa.

Esto será así mientras el pueblo no haga suficiente fuerza para imponerse a las oligarquías. La verdad con frecuencia es muy simple.

Algunas mentiras presentes en los medios estos días

1. Víctor Lapuente es doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Oxford y catedrático en la Universidad de Gotemburgo (Suecia). Es columnista en El País y miembro del colectivo Piedras de Papel. Es también miembro del consejo asesor de KSNET y chairman de Foro de Foros. Autor de los libros Decálogo del buen ciudadano, Organizando el Leviatán y El retorno de los chamanes.

No es de extrañar que una persona tan cargada de méritos académicos sea escuchada con respeto en la tertulia que dirige Pepa Bueno, por ejemplo el otro día, cuando tras anunciar preventivamente que iba a decir algo polémico se declaró decidido defensor del IVA.

Recordemos que el antecedente del IVA fue el impuesto francés a la producción creado en 1939, convertido en los años 50 en un impuesto sobre el valor añadido y adoptado por casi todos los países del mundo, que lo consideran hoy uno de sus impuestos esenciales. Tiene sin embargo dos lacras: su carácter engañoso y su profunda injusticia.

Su carácter engañoso es doble. Por una parte muchos compradores no tienen conciencia de estar pagando un impuesto cuando compran una mercancía. Pero es que además los que sí son conscientes creen que sólo están pagando el porcentaje que aparece en la factura, por ejemplo, un 10%. Y no han pagado sólo ése, sino los IVA devengados en las etapas productivas previas y repercutidos en los precios sucesivos. De manera que, si suponemos un IVA generalizado del 10% y cuatro etapas de valor añadido (desde los recursos naturales hasta el producto final que llega al consumidor) éste cree haber pagado un 10%, pero en realidad ha pagado un 24% (sumando los IVAS repercutidos en el precio de venta en cada etapa previa).

Además de doblemente engañoso el IVA es injusto, puesto que al comprar una mercancía lo paga igual el pobre de solemnidad que el rico.

Pero lo peor no es que Alpuente defienda un impuesto indirecto con esas lacras, sino que lo hace con una mentira: afirma que lo defiende porque gracias a sus ingresos puede el Estado desarrollar sus políticas sociales.

Las políticas sociales dependen de los recursos del Estado, y esos recursos se pueden mantener e incluso ampliar eliminando el IVA (o limitándolo a los artículos de lujo) siempre que se compense la pérdida de ingresos con subidas de impuestos a los ricos y a las grandes empresas. Con ello se conseguiría además que los ricos sean menos ricos, es decir, menos peligrosos para la sociedad. Ocurre simplemente que los parlamentarios y gobernantes de nuestras “democracias” difícilmente van a sustituir el IVA por impuestos a los ricos cuando el IVA se ha inventado precisamente para poder rebajar la presión fiscal sobre los ricos. A éstos les viene bien que personas como Alpuente defiendan ese impuesto afirmando que la alternativa es: o IVA y políticas sociales o no-IVA y ausencia de políticas sociales.

Lo más significativo fue que los restantes tertulianos y la directora del programa no opusieron nada a tal mentira, la escucharon como si fuera la verdad más grande que habían oído en su vida.

Éste es uno de los innumerables casos en que quienes se quejan de que la mentira lo está embarrando todo contribuyen al embarrado con sus mentiras encubiertas.

2. Una mentira que duró muchos años y a la que contribuyeron los medios más respetables, fue el mito de un rey Juan Carlos que no sólo era campechano, sino que nos había traído la democracia y que luego la había salvado de un golpe de estado. Los medios mentían al callar todo lo que sabían sobre las andanzas mujeriegas del campechano y su coste en dinero público, pero también sobre los oscuros orígenes de su fortuna secreta y sobre su papel en el golpe militar del 23F.

Ahora ha convenido (no sabemos a quién ni por qué) que se publiquen algunas conversaciones del Borbón con Bárbara Rey en las que alaba al general Armada porque ha guardado silencio a diferencia de Sabino Fernández Campo. Y algunos dicen que, por esas grabaciones, han empezado a dudar. ¡Como si acabaran de recibir una noticia nueva! En El Periódico de 23 de febrero de 2013 Iñaki Anasagasti publicó unas confidencias de Sabino Fernández Campo, reproducidas en otros medios, que eran motivo suficiente para una investigación en el parlamento y para abandonar el mito del rey salvador. Desde hace mucho tiempo todo el que haya querido enterarse sabe que el rey estaba comprometido en un golpe de estado (o golpe de timón), pero que se hizo inaceptable cuando un grupo de guardias civiles incontrolado entró en el parlamento dando tiros.

Algunos justifican el silencio de los medios debido a que estaban expuestos al secuestro administrativo (art. 3-B del Decreto-Ley de 1 de abril de 1977) por noticias, comentarios o informaciones que constituyan demérito o menoscabo de la Monarquía. Pero siempre hay razones para el miedo, volvemos a lo mismo, no olvidemos que en los medios mandan sus dueños, que pueden contratar y despedir.

3. Otra mentira insistente que propagan los medios respetables consiste en no considerar a EE UU responsable de muchos de los males que sufre el mundo, culpando de ellos siempre a otros.

Viene ocurriendo con la guerra de Ucrania (ver aquí) y ahora con el genocidio que está cometiendo Israel. La mentira oficial dice que Israel tiene derecho a defenderse de los terroristas. Ninguno se pregunta por qué Hamás es un grupo terrorista e Israel no es un Estado terrorista, causante y responsable, además, de la violencia defensiva de sus víctimas. Es así por decisión de EE UU, como la de considerar a Cuba país que ampara el terrorismo. A la postre se da por bueno que son terroristas los que dificultan o amenazan el poder de Estados Unidos sobre el mundo. Y punto.

Israel está llegando tan lejos en su actividad genocida que los medios más sensibles lloran por los niños palestinos masacrados y con gesto desesperado claman: ¡Hasta cuando la comunidad internacional va a permitir este desafuero!

Apelar a la comunidad internacional es un eufemismo con el que se evita denunciar que EE UU es el principal responsable del genocidio. Incluso algunos llegan a decir que EE UU está intentando que Netanyahu entre en razón, pero que no lo consigue. O sea que Netanyahu es el culpable por no avenirse a razones de la misma manera que en la guerra de Ucrania lo es Putin. Pero todos saben que EE UU envía a Israel las armas con que se comete el genocidio y apoya a Israel económica, política y militarmente de manera incondicional, haga lo que haga, porque eso favorece sus intereses geoestratégicos. Ahora, tras las últimas atrocidades llegan las noticias de que EE UU enviará a Israel por primera vez una batería de misiles completa con interceptores, sistema que será operado por militares estadounidenses, y un centenar de soldados para defender a Israel de futuras operaciones de Irán y sus aliados, anuncio que se produce en plena polémica por los ataques de Israel contra la misión de paz de la ONU en el sur de Líbano. Y esto no sólo ahora: EEUU ha enviado más soldados, buques y aviones a Oriente Próximo tras cada escalada de Netanyahu en la guerra. Aunque los medios respetables saben que el genocidio terminaría en un minuto si EE UU quisiera, presentan por una parte las maldades de Netanyahu y su gobierno, y por otra los apoyos de EE UU como si fueran noticias inconexas.

EL SILENCIO CULPABLE DE LA IZQUIERDA

Aceptemos que los comunicadores prestigiosos, maestros de periodistas en el no-decir, son empleados del capital y por tanto, utilizando el subtítulo de uno de los libros de Alpuente, charlatanes que amenazan el bien común. Están ahí para eso, les pagan tanto más cuanto mejor lo hagan (o sea, cuando más parezca que hacen lo contrario) y les castigarían si quisieran hacer otra cosa. No obstante el comportamiento de los medios privados en que actúan estos comunicadores no sería decisivo si hubiera partidos políticos de izquierdas empeñados en afirmar las verdades fundamentales.

El pasado fin de semana fue más intenso de lo habitual para algunas de las formaciones de la denominada izquierda alternativa. Y fue, según la costumbre, decepcionante.

a) Izquierda Unida celebró una reunión de su Coordinadora Federal (el máximo órgano entre asambleas) con el objetivo de “resituar a la formación en el escenario político” y trazar un camino a seguir de cara al próximo ciclo. El antirracismo, el feminismo, los derechos trans, el derecho a la vivienda, el republicanismo y los derechos de los animales son algunas de las causas sobre los que se estructura el programa, que incluye más de una docena de mesas temáticas. Ninguna, por supuesto, sobre una revisión profunda del derecho de propiedad y de la libertad de expresión.

En el borrador del informe político los de Maíllo hablan de involucrar a más personas en la política, construir una organización social, fomentar la movilización, tejer la unidad de la izquierda en torno a «un programa de país que garantice vidas dignas, con políticas que hagan frente a la derecha y la extrema derecha». Pero no dicen por qué hasta ahora no han hecho todo eso, ni cómo van a hacerlo ahora. Menos aún por qué han guardado un silencio sepulcral sobre las cuestiones básicas. Lo que les interesa de verdad es evitar la debacle electoral y tratarán de evitarla sea cual sea el precio en silencio.

b) En última fiesta del PCE, que tuvo lugar hace unos días, la mesa “Alianzas para la Unidad Popular” ofrecía la novedad de que IU, Sumar y Podemos dialogaban por primera vez desde que la formación morada tomó la decisión de salir de Sumar. Pero se ha hablado de lo de siempre: que ante el brutal ataque de la extrema derecha y del capitalismo salvaje, es imprescindible que todas las formaciones de izquierda unan fuerzas para evitar que todas las personas honradas salgamos perdiendo. ¿Unir fuerzas sólo para que no gobierne la extrema derecha? Ahí parece acabar el horizonte.

José Molina y Arturo Borges critican en Hojas de debate que en el informe político presentado al X pleno del Comité Central del partido comunista “no haya, por una parte, ni la más mínima referencia a Sumar y, por otra, que no se realice el más mínimo análisis político del rotundo fracaso de la estrategia política basada en la confluencia bajo las siglas de Sumar y antes con Podemos”.

Estoy de acuerdo con esta crítica. Habría que hacer ese análisis tomando en cuenta lo muy poco conseguido desde el gobierno y el alto precio que se pagó, no sólo por los sucesivos fracasos electorales, sino sobre todo por el obligado silencio. Por ese no hablar que es mentir.

c) Por su parte Podemos celebró durante el sábado y el domingo su Universidad de Otoño, espacio de reflexión anual que el partido utiliza, entre otros fines, para marcar también su hoja de ruta y fijar sus líneas estratégicas. Ahí se ha hablado de la inmigración, de Palestina, de que el PP y el PSOE son iguales, de que hay que estar con Ferreras o contra Ferreras, de que la OTAN está al servicio de los intereses americanos, no de los intereses europeos… A las apelaciones a la unidad que hacen otros partidos se ha respondido que antes hay que dejar bien claro con quién se está, y para ello hay que denunciar los nombres propios del poder, de la corrupción y del lawfare en España.

En el mitin con que cerró el acto, insistió Pablo Iglesias en que Podemos debe estar “dentro del gobierno pero fuera del consenso”, algo que no sé qué puede significar, sobre todo a la vista de lo que ocurrió cuando Podemos estuvo dentro del gobierno. Me figuro que Iglesias trata de justificar aquella decisión, pero ¿con qué argumentos? Con una frase vacía. Cuando Podemos se empeñaba en entrar en el gobierno defendí en este blog que lo adecuado era un pacto detallado de legislatura y obligar luego al PSOE a cumplirlo a rajatabla, pero desde fuera, conservando libertad para hablar. Claro que eso implicaba renunciar a ministerios y cargos.

Sólo fuera del gobierno hubiera podido Podemos defender las verdades anticapitalistas. Aunque no sé qué lugar ocupan esas verdades en la ideología de Podemos (nunca explicada). Parece que ignoran que sin cambiar drásticamente el derecho de propiedad que impera en nuestras sociedades no se puede resolver ninguno de los problemas de los que se habla, agravados día a día.

Ya sé que por ahora no se puede legislar contra el capital. Pero se puede hablar y se debe hablar. Si no hablamos hoy no podremos hacer mañana. Y hoy estaremos mintiendo.

Si quiere hacer algún comentario, observación o pregunta puede ponerse en contacto conmigo en el siguiente correo:

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